Mesa Tocinera. Más que una mesa auxiliar hecha a mano, con un protocolo particular como lo es las matanzas de los cerdos, preparar embutidos (chorizos y morcillas) y amasar los antojos para merendar, la mesa tocinera es un mueble que no podía faltar en las cocinas de las casas de inicios del siglo XX, que fue concebida para el uso y el abuso, razón por la cual se construía de madera maciza, generalmente pino y en algunos casos con maderas más finas.
Su estructura sencilla y funcional, de líneas puras, donde cuatro patas y un tablón eran suficientes, y bajo el tablón sin estándares estéticos se encontraba ubicado un cajón pequeño que se utilizaba para guardar cuchillos y demás elementos del oficio, toda ella a una altura conveniente… La simplicidad de una necesidad, un uso o una costumbre convertida hoy en el siglo XXI en un mueble que fue poco y ahora puede ser mucho… Me encanta su concepto, quiero una mesa tocinera vieja, con una piel gastada para sentir la textura de la madera, con un tablón desnivelado por el uso y con un cajón difícil de deslizar… Es que en las imperfecciones es muy fácil encontrar la belleza de las cosas.
Quien creería que detrás de esta historia, hoy encontramos una mesa que es tendencia en decoración y que nos resulta encantador jugar con ella en diferentes estancias de una casa e incluso de oficinas, imaginarla en un zaguán, como mueble soporte para lavamanos, como la perfecta compañía en espacios de trabajo, como mesa auxiliar en salones y comedores, o cumpliendo su función en grandes cocinas de aire rustico… Es un mueble con muchas posibilidades, sería maravilloso encontrar una pieza como esta en un mercado de antigüedades o incluso lanzarse a hacer una a mano, pintarla de un color vibrante, lijarla para darle una apariencia desgastada y dejar entrever las vetas de la madera… esta mesa es un encanto, ¿y tú qué harías con ella?